Dice que da un paso al costado porque la prensa no lo deja trabajar “por los pobres”. Presidente espera que premier retorne de Venezuela para escuchar sus propuestas.
Francis Allison no pudo seguir enfrentando el alud de críticas de sus colegas ministros y las continuas revelaciones periodísticas que pusieron en duda su idoneidad para dirigir la cartera de Vivienda. Ayer, luego de 11 días desde que se informara que fue asesor legal de la empresa Business Track (BTR) –investigada por 'chuponeo’ telefónico–, anunció públicamente que presentaba su renuncia irrevocable al cargo.
En conferencia de prensa, en la que no aceptó responder a las preguntas de los medios de comunicación, el ex integrante del Gabinete Ministerial comunicó su decisión de dar un paso al costado y, acompañado de su esposa, responsabilizó a la prensa de no dejarlo trabajar “por los pobres del país”.
“No soy espía –comenzó diciendo el renunciante ministro de Vivienda–, soy un hombre de honor y trabajo (...). Un día recibí el llamado del premier que quería, de parte del presidente del Perú, que sea ministro de Vivienda. Acepté gustoso por dos motivos: el primero porque era una oportunidad que Dios me daba de trabajar por los pobres, el segundo porque dejaba a Magdalena del Mar en buenas manos”.
Durante su breve discurso, Allison puso énfasis en que su labor estaba dirigida a las miles de familias que se vieron afectadas por el terremoto de agosto de 2007, las que –dijo– estuvieron en total abandono en los últimos años. Como era previsible, no mencionó ni aclaró la relación contractual que mantuvo –entre setiembre de 2007 y setiembre de 2008– con BTR. Mucho menos mencionó por qué no informó al mandatario sobre su vinculación con el trabajo de interceptación telefónica que BTR realizó y que, en octubre de 2008, provocó la caída del Gabinete Ministerial presidido por Jorge del Castillo.
SIN AUTOCRÍTICA. Al término de su alocución, Allison salió presuroso de las instalaciones del hotel Country Club, sin dar oportunidad a la prensa de preguntarle detalles sobre su decisión. Sin embargo, sí responsabilizó a los medios de comunicación de haber desplegado una campaña “de demolición y difamación” en su contra.
“Lamentablemente (mi trabajo) se ve frustrado con una campaña de demolición y difamación comenzada en mi contra, a la que se han sumado muchos medios que pretenden desfigurar mi imagen y convertirme en un delincuente, lo que no voy a permitir. Esta campaña afecta al presidente del Perú, a quien quedo eternamente agradecido, y a mi familia”, señaló el renunciante titular de Vivienda.
Y aunque en los últimos días se negó a responder a la prensa, añadió que “no es justo para los pobres del Perú tener un ministro que, en vez de trabajar se tenga que estar dedicando a responder difamaciones y calumnias”. La decisión de Allison, sin embargo, ya estaba cantada. Desde el viernes, cuando se presentó ante la comisión parlamentaria que investiga el 'chuponeo’ telefónico, ya se hablaba de su renuncia “voluntaria”.
REACCIONES. Poco menos de una hora después de informar sobre su renuncia, Palacio de Gobierno anunció que el presidente Alan García aceptaba la decisión de Allison y que ahora espera la llegada de Venezuela del premier Javier Velásquez Quesquén para “escuchar sus propuestas”. En el bolo, sin embargo, ya se encuentran algunos nombres.
El nombre que suena con mayor fuerza es el del congresista aprista César Zumaeta. Sin embargo, por la noche otro voceado fue el actual viceministro de Vivienda, Juan Sarmiento, allegado a los llamados 'cuarentones’ del partido de gobierno.
Pero si Allison esperaba que con su renuncia su relación con BTR se quedara enterrada, se equivocó. El congresista Carlos Bruce (PP) opinó que el también vacado ex alcalde de Magdalena debe responder sobre su asesoría, mientras que el legislador Daniel Abugattás (nacionalista ) calificó de “saludable” su renuncia.
En conferencia de prensa, en la que no aceptó responder a las preguntas de los medios de comunicación, el ex integrante del Gabinete Ministerial comunicó su decisión de dar un paso al costado y, acompañado de su esposa, responsabilizó a la prensa de no dejarlo trabajar “por los pobres del país”.
“No soy espía –comenzó diciendo el renunciante ministro de Vivienda–, soy un hombre de honor y trabajo (...). Un día recibí el llamado del premier que quería, de parte del presidente del Perú, que sea ministro de Vivienda. Acepté gustoso por dos motivos: el primero porque era una oportunidad que Dios me daba de trabajar por los pobres, el segundo porque dejaba a Magdalena del Mar en buenas manos”.
Durante su breve discurso, Allison puso énfasis en que su labor estaba dirigida a las miles de familias que se vieron afectadas por el terremoto de agosto de 2007, las que –dijo– estuvieron en total abandono en los últimos años. Como era previsible, no mencionó ni aclaró la relación contractual que mantuvo –entre setiembre de 2007 y setiembre de 2008– con BTR. Mucho menos mencionó por qué no informó al mandatario sobre su vinculación con el trabajo de interceptación telefónica que BTR realizó y que, en octubre de 2008, provocó la caída del Gabinete Ministerial presidido por Jorge del Castillo.
SIN AUTOCRÍTICA. Al término de su alocución, Allison salió presuroso de las instalaciones del hotel Country Club, sin dar oportunidad a la prensa de preguntarle detalles sobre su decisión. Sin embargo, sí responsabilizó a los medios de comunicación de haber desplegado una campaña “de demolición y difamación” en su contra.
“Lamentablemente (mi trabajo) se ve frustrado con una campaña de demolición y difamación comenzada en mi contra, a la que se han sumado muchos medios que pretenden desfigurar mi imagen y convertirme en un delincuente, lo que no voy a permitir. Esta campaña afecta al presidente del Perú, a quien quedo eternamente agradecido, y a mi familia”, señaló el renunciante titular de Vivienda.
Y aunque en los últimos días se negó a responder a la prensa, añadió que “no es justo para los pobres del Perú tener un ministro que, en vez de trabajar se tenga que estar dedicando a responder difamaciones y calumnias”. La decisión de Allison, sin embargo, ya estaba cantada. Desde el viernes, cuando se presentó ante la comisión parlamentaria que investiga el 'chuponeo’ telefónico, ya se hablaba de su renuncia “voluntaria”.
REACCIONES. Poco menos de una hora después de informar sobre su renuncia, Palacio de Gobierno anunció que el presidente Alan García aceptaba la decisión de Allison y que ahora espera la llegada de Venezuela del premier Javier Velásquez Quesquén para “escuchar sus propuestas”. En el bolo, sin embargo, ya se encuentran algunos nombres.
El nombre que suena con mayor fuerza es el del congresista aprista César Zumaeta. Sin embargo, por la noche otro voceado fue el actual viceministro de Vivienda, Juan Sarmiento, allegado a los llamados 'cuarentones’ del partido de gobierno.
Pero si Allison esperaba que con su renuncia su relación con BTR se quedara enterrada, se equivocó. El congresista Carlos Bruce (PP) opinó que el también vacado ex alcalde de Magdalena debe responder sobre su asesoría, mientras que el legislador Daniel Abugattás (nacionalista ) calificó de “saludable” su renuncia.
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